Mariano de La Plata, estudiante de teatro.
“Para vestirme me inspiro en el rock, un poco de George Harrison, un poco de John Lennon, un poco Bob Dylan y ahí hago un mix y me visto”.
Quiero decirles que al preguntar en el kiosco quedé sorprendida por el hecho de que por unos magros $18 te den una revista de 868 páginas a todo color. Luego mi cabecita enredada de comunicadora se puso a pensar que en realidad casi podrían regalárnosla porque supongo que con 868 páginas de publicidad la revista se sostiene por sí misma. Pero más allá de estos cálculos maquiavélicos sobre el origen de los capitales y demás argucias económicas que de seguro quedan muy lejos de mis imaginaciones debo admitir que la disfruté.
Hay muchas producciones de fotos increíbles, realizadas en lugares hermosos como el Morro de San Pablo en Brasil y el Parque Almendares en La Habana. Las colecciones que me deslumbraron fueron las de Bendito Pie, Natalia Antolin (con unos vestidos super lindos y elegantes) y María Vazquez. En zapatos los nominados son Ricky Sarkany, Paruolo y Viamo, todos ellos mostrando grandes plataformas y colores muy vivos.
Pero para desgracia de muchas, yo incluida, los precios que ostentan estas páginas son inalcanzables, tanto que deberíamos elegir entre pagar el alquiler o comprarnos un vestido. Igualmente si me preguntan a mi no pagaría $12.000 por ningún vestido ni aunque no tuviera que vender todo mi guardarropa para ello. Es que es sencillamente incomprensible ¿qué es lo que hace que alguien esté dispuesto a desembolsar esa suma de dinero por algo que en pocos años, quizás en pocos meses habrá quedado en la memoria de las épocas pasadas? (ojalá que mis lectoras me ayuden a discernir este punto). Más adelante hablaré de la moda, del estilo y de eso de pasar y pasar. Antes de cerrar este párrafo una pequeña confesión: yo sí gastaría mucho dinero en un par de zapatos (y en cientos), aunque nunca tanto como los $12.152 que pide Evangelina Bamparola por su vestido blanco de noche (que es hermoso, claro está, pero se encuentra totalmente sobrevaluado).
Pero la buena noticia que les traigo es que esta temporada se usa de TODO. Repasemos: en pantalones tenemos palazos, oxford, chupines, shorts, capris, rectos ¿qué más podemos pedir? En el resto de las prendas, a saber vestidos, blusas, abrigos, remeras, polleras y lo que se les ocurra, todos los colores son posibles, desde los neutros a los fluo, y las formas van desde lo más holgado y relajado hasta prendas super adherentes ¡a experimentar muchachas!
Si me preguntan a mí creo que los must de esta temporada serán: pantalones de pierna ancha; tejidos y telas rústicas; broderie, encaje y macramé; el color naranja; accesorios muy coloridos y de gran tamaño; plataformas para los pies; mucha inspiración mexicana y boliviana; y una gran creatividad y capacidad de mezclar todo esto y lucir fantásticas en un look que me podría aventurar a llamar Hippie chic.
Sin embargo estimadas lectoras creo que lo más importante esta temporada, como en cualquier otra, es permanecer fieles a nosotras mismas, revisar nuestros placares y reutilizar todo aquello que nos apasione más allá de que sepamos que está ahí desde hace diez años, no comprar a precios que nos parecen irracionales sino intentar conseguir el efecto deseado con cosas más económicas sin por ello relegar calidad, y sobre todo no olvidarnos la inspiradora frase de Coco Chanel “La moda se pasa de moda, el estilo jamás”.
Amneris Martínez